21 marzo 2007

PC LIFE


Envidio la vida de mi ordenador. Tener un antivirus para estar a salvo de las cosas pochas, colgarme si veo que me están dando mucha caña y quedarme con la mirada perdida, medio embobada (y que la gente comprenda que en ese momento ya no puedo hacer nada más).
También envidio el poder del formateo, quedar como nueva, que me den una nueva vida.
Pero sobre todo envidio el reinicio, empezar de cero si todo va mal. Borrón y cuenta nueva.

Aunque, quizá lo más mágico y lo que más me gustaría tener en la vida real es esa función que tienen los ordenadores de que su estado vuelva a ser el que era en una fecha anterior elegida por nosotros.
¡Dios, cómo me gustaría poder tener eso en mi vida!

11 comentarios:

Miss Missing dijo...

Pues sí, pues sí. Es tentador, cuanto menos...

Laura Vila dijo...

Estoy empezando a pensar que la tipa que he puesto en la foto es la protagonista del Planeta de los Simios (la de Burt Lancaster, claro). Esta tía hacía un papel simiesco.

Unknown dijo...

Simiesca o no, su mano me parece aterradora.

Laura Vila dijo...

Joder! Avise de estas cosas, buen hombre. Menudo susto!

Anónimo dijo...

No es demasiado simia no. O al menos no lo suficiente.

Un poco, sólo.

Laura Vila dijo...

Viciosillo.

Tocotó dijo...

Pues sí, la mano asusta bastante... pero el ordenador casi que acojona más, seguro que no querrías ser como ese ¿no? Fondo negro y letra verde fosforito, además no tendrá ni botoncito de reset ni consola de recuperación, una mierda vamos...

Unknown dijo...

Oiga, señorita Tocotó, que con esas máquinas el hombre llegó a la luna.
O no.

Laura Vila dijo...

Prometo hablar de eso en otra ocasión.

Tocotó dijo...

Eso, o no... Pero yo hice la carrera con unos 'paratos' del estilo y no tengo tantos años...

Oyros dijo...

Se olvida usted de que todos los complementos que lleva el ordenador para funcionar pueden ser gratuitos y libres. No hablo del top manta, sino del Software Libre.

Imagínese poder llevar esa ropa que tanto le gusta por nada, hacérsela usted misma o adecuarla a sus necesidades.

En cuanto a lo de volver a ser algo que fui antes y cambiarlo, a veces lo pienso, pero luego te das cuenta de que en cuanto asumes quien eres ahora, no necesitas volver al pasado.