
Sé perfectamente que este título no va a hacer que tenga muchas amigas, pero no he podido evitarlo. Hoy, delante de mí, en clase de Arte Barroco había tres lindas mujercitas de pechos prominentes. Mujeres que gustan de hablar en clase, de echarse productos en el pelo para venir a la facultad a horas intempestivas... En fin, mujeres del futuro.
El caso es que hoy el profesor (al que admiro profundamente por ser uno de los mejores que he tenido) ha decidido dar una clase de repaso de cara al examen. Pues bien, estos datos nos hacen sospechar que ya hemos cursado el primer cuatrimestre de la asignatura y que, por tanto, algo sabemos. Al parecer... no es así.
El distinguido profesor ha tenido a bien proyectar esta diapositiva y, para mi asombro, ha habido un gran revuelo entre las chicas de pechos preparados para la alimentación de un campamento de niños gordos. Se movían mucho, buscaban las miradas de las otras, hasta que una ha pronunciado las palabras mágicas: "¿Esto qué es?".
¿Les he dicho que estudio Historia del Arte en Madrid?. Pues lo acojonante es que esas chicas también lo hacen (o eso parece). El caso es que ninguna lo sabía hasta que el profesor lo ha dicho. (Momento de gran tranquilidad para todas).
El caso es que yo pensaba... Uhmmm... Tienen las tetas muy grandes para el tamaño de sus cuerpos.... Uhmmmm. Esos enormes pechos deben tener alguna función. He pensado que si les daba una colleja muy fuerte no les pasaría nada, porque rebotarían contra el pupitre y nos se daría una escena P. Tintesca. También me ha dado por pensar que quizá gran parte de su corriente sanguínea deba pasar mucho tiempo por esas magníficas prominencias, con lo que le estaríamos restando tiempo a la sangre de estar en el cerebro (¡con lo bien que se lo pasa uno allí! - espero que mis lectores hombres estén pensando que en las tetas se lo pasa también uno bien, de lo contrario me defraudarán - ).
Y, después de un rato, me he dado cuenta de que había estado demasiado tiempo pensando en las tetas de unas chicas poco agraciadas mentalmente. Dándoles forma con la mente... Imaginando a sus dueñas en plena carrera mientras ponen una sonrisa bobalicona (todo a cámara lenta)...
En fin, que he perdido unos valiosos minutos de una clase que me encanta.
¿Os he parecido machista?, ¿empollona?, ¿desagradable?, ¿clasista?.
Sí, bueno, por el texto (no muy bien construido, dicho sea de paso), yo también hubiese deducido todo esto.
Pensad lo siguiente: esposible que os equivoqueis.
Está bieeeeen... La próxima vez escribiré algo bonito y entretenido.
¡¡¡Coño, es que era el palacio Real!!!